lunes, 8 de febrero de 2010

Mahara Gandhi

Mohandas Karamchand Gandhi nació el 2 de octubre de 1869 en un remoto lugar de la India, en la ciudad costera de Porbandar, del distrito de Gujarat. Éste era entonces un mosaico de minúsculos principados, cuyos gobernantes tenían un poder absoluto sobre la vida de sus súbditos. Su padre, Karamchand Gandhi, era el primer ministro de Porbandar y pertenecía a la casta de los banias, mercaderes de proverbial astucia y habilidad en el comercio. Su madre, llamada Putlibai, procedía de la secta de los pranamis, quienes mezclaban el hinduismo con las enseñanzas del Corán. Era una mujer profundamente religiosa y austera que dividía su tiempo entre el templo y el cuidado de los suyos, amén de practicar frecuentes ayunos. En la formación espiritual de Mohandas, que sentía un ilimitado amor por sus padres, además de la adoración a la diosa Visnú que profesaba la familia, concurrieron una serie de culturas y credos amalgamados: el hindú, el musulmán, el jain. Este último tuvo especial influencia en su filosofía: los jains practicaban la no-violencia no sólo con los animales y los seres humanos, sino incluso con las plantas, los microbios, el agua, el fuego y el viento.

Ejemplo típico de tardía genialidad, Mohandas fue un adolescente silencioso, retraído y nada brillante en los estudios, que pasó sin llamar la atención por las escuelas de Rajkot. A los trece años, siguiendo la costumbre hindú, lo casaron con una niña de su edad llamada Kasturbai, de quien estaba prometido desde los seis años sin saberlo. El joven esposo se enamoró apasionadamente de la muchacha, y por hacer el amor con ella abandonó el lecho de su padre moribundo la misma noche en que éste murió. El suceso dejó una culpa imborrable en Gandhi, que más tarde se declararía en contra del matrimonio entre niños y a favor de la continencia sexual.

Como sus calificaciones no mejoraron en el instituto, la familia decidió enviarlo a Londres para seguir los cursos de abogacía del Inner Temple, cuyas exigencias eran menores que las de las universidades indias. Con tanto miedo como excitación, el muchacho se embarcó en Bombay en septiembre de 1888. Tenía diecinueve años y acababa de ser padre por primera vez. Antes de partir había prometido solemnemente a su madre no seguir la costumbre inglesa de comer carne, dado que el visnuismo lo prohibía. Varias veces en su adolescencia había transgredido tal norma, impulsado por un amigo que le aconsejaba la carne para parecerse en fortaleza a los ingleses.

En Londres vivió tres años, entre 1888 y 1891, período en que se produjo uno de los hechos más determinantes de su vocación: el descubrimiento de Oriente a través de Occidente. En efecto, en la capital inglesa comenzó a frecuentar a los teósofos, quienes lo iniciaron en la lectura del primer clásico indio, el Bhagavad Gita, al que llegaría a considerar «el libro por excelencia para el conocimiento de la verdad». También allí entró en contacto con las enseñanzas de Cristo, y durante un tiempo se sintió tan atraído por la ética cristiana que dudó entre ésta y el hinduismo. De esa época son sus intentos de sintetizar los preceptos del budismo, el cristianismo, el islamismo y su religión natal, a través de lo que señaló como el principio unificador de todos ellos: la idea de renunciación.

En estos años decisivos para su formación intelectual leyó a Tolstói, en quien más tarde encontraría el guía para el perfeccionamiento de la práctica y la teoría de la no-violencia. Y cuando regresó a la India con el título de abogado, lo hizo con sus señas de identidad orientales: había ido en busca de la sabiduría occidental y retornaba con el secreto que había hecho sabios a los hindúes.

Los primeros experimentos de la resistencia gandhista

Al volver a Porbandar encontró a su familia desintegrada: la madre había muerto poco antes y los Gandhi habían perdido toda influencia en la corte principesca. Como abogado no halló muchas perspectivas, ya que su primera actuación profesional terminó en un humillante fracaso, pues enmudeció al dirigirse al tribunal y no pudo continuar. Fue entonces cuando una factoría comercial musulmana le ofreció un contrato para atender un caso de la empresa en Durban, y Gandhi no dejó pasar la oportunidad. Se embarcó hacia Sudáfrica en 1893.

En el país de los antiguos colonos holandeses vivía una colonia hindú formada en su mayoría por trabajadores, a quienes los ingleses llamaban despectivamente sami. Carecían de todo derecho, se les despreciaba y discriminaba racialmente, como pudo comprobar en carne propia el joven abogado durante algunos de sus viajes en ferrocarril. Pero la situación era más grave aún de lo que parecía. Terminado su trabajo, Gandhi estaba a punto de regresar a la India cuando se enteró de la existencia de un proyecto de ley para retirar el derecho de sufragio a los hindúes. Decidió entonces aplazar la partida un mes para organizar la resistencia de sus compatriotas, y el mes se convirtió en veintidós años.


Mahara Gandhi

Durante esa larga etapa de su vida, su mayor preocupación fue la liberación de la comunidad india, y en ella fue dando forma a las armas de lucha que más tarde utilizaría e su país. En los primeros años, convencido de las buenas intenciones del colonialismo británico, abrió un bufete para defender a sus compatriotas ante los tribunales en Johannesburgo y se propuso articular un movimiento dedicado a la agitación por medios legales. Fundó el periódico "The Indian Opinion", para aglutinar a la comunidad india y, como instrumento de agitación legal, creó el Congreso Indio de Natal. Sus simpatías anglófilas le llevaron durante la guerra contra los bóers a organizar el Cuerpo Indio de Ambulancias, acción que mereció duras críticas por parte de los nacionalistas indios.

A partir de 1904 la actividad de Gandhi sufrió un cambio notable: después de leer la crítica del capitalismo contenida en "Unto The Last", de John Ruskin, modificó su estilo de vida y pasó a llevar una sencilla existencia comunitaria en las afueras de Johannesburgo donde fundó una comuna llamada Tolstói. En esa época bosquejó la teoría del activismo no-violento, que puso en marcha por primera vez para oponerse a la ley de registro. Esta ley obligaba a todos los indios a inscribirse en un registro especial con sus huellas dactilares. Gandhi ordenó a sus compatriotas que no se inscribieran, que comerciaran en las calles sin licencia y, más tarde, que quemaran sus tarjetas de registro frente a la mezquita de Johannesburgo. Como muchos de sus seguidores, fue a parar a la cárcel varias veces, pero el movimiento de resistencia civil obtuvo varios éxitos parciales.

En 1913 la protesta contra un impuesto considerado injusto se tradujo en una marcha a través del Transvaal, hasta Natal. Al año siguiente las autoridades británicas dieron marcha atrás con dicho impuesto y autorizaron a los asiáticos a residir en Natal como trabajadores libres. La victoria parecía total, y Gandhi, que había abandonado las vestimentas europeas en señal de protesta, partió definitivamente de Sudáfrica con su mujer y sus hijos. A largo plazo todos los logros de la comunidad india se perdieron y las autoridades de aquel país endurecieron aún más su política racista, pero Sudáfrica había sido el banco de pruebas donde Gandhi desarrolló y comprobó las tácticas que más tarde habría de utilizar en su tierra natal.

El Mahatma

Gandhi llegó a la India en 1915 como un verdadero héroe, con la aureola de sus campañas en el extranjero. Las masas de Bombay le tributaron un caluroso recibimiento, el gobernador inglés acudió a saludarlo y el poeta Rabindranath Tagore le dio la bienvenida en su Universidad Libre de Santiniketan. A poco de llegar, en la ciudad de Ahmedabad fundó una comunidad casi monástica en la que estaban prohibidas las vestimentas extranjeras, las comidas con especias y la propiedad privada. Sus miembros se dedicaban únicamente a dos trabajos materiales: la agricultura, para obtener el sustento, y el tejido a mano, para procurarse el abrigo. Aquí dio comienzo a una lucha que Gandhi habría de sostener durante toda su vida: la batalla contra las lacras del hinduismo y a favor de los intocables. El primer paso fue admitirlos como miembros de la comunidad.

En esos primeros años Gandhi abandonó toda agitación política a fin de apoyar los esfuerzos bélicos de Gran Bretaña en la Primera Guerra Mundial, llegando incluso al reclutamiento de soldados para el ejército inglés. Su entrada en la política india no se produjo hasta febrero de 1919, cuando la aprobación de la Ley Rowlatt, que establecía la censura y señalaba duras penas para cualquier sospechoso de terrorismo o sedición, le abrió los ojos acerca de las verdaderas intenciones de los imperialistas ingleses en su país. Gandhi pasó entonces a encabezar la oposición a la ley. Organizó una campaña de propaganda a nivel nacional mediante la no-violencia, que comenzó con una huelga general. Ésta pronto se extendió a todo el país y las protestas se sucedieron en las principales ciudades, donde se registraron algunos focos de violencia pese a la insistencia del líder en el carácter pacífico de las manifestaciones. Cuando acudía a Delhi a apaciguar la población, Gandhi fue detenido. Días después, el 13 de abril, el brigadier general Dyer ordenaba disparar a sus gurkas sobre la multitud reunida en el Jallianwala Bagh de la ciudad de Amritsar. La dominación inglesa había mostrado su verdadero rostro sanguinario y brutal: casi cuatrocientas personas fueron asesinadas y otras miles heridas. Pero las autoridades británicas se vieron obligadas a reconsiderar sus tácticas y la Ley Rowlatt jamás entró en vigor.

En los años siguientes a la masacre de Amritsar, Gandhi se convirtió en el líder nacionalista indiscutido, alcanzando la presidencia del Congreso Nacional Indio -partido fundado por Alan Octavius Hume en 1885-, que él supo convertir en un instrumento efectivo en pro de la independencia. De una agrupación de las clases medias urbanas, pasó a ser una organización de masas enraizada en los pueblos y en el campesinado. Se pusieron en marcha las grandes campañas de desobediencia civil, que iban desde la negativa masiva a pagar impuestos hasta el boicot a las autoridades. Miles de indios llenaron las cárceles y el mismo Gandhi fue detenido en marzo de 1922. Diez días más tarde comenzaba «el Gran Juicio», en que el Mahatma se declaró culpable y consideró la sentencia a seis años de prisión como un honor, con lo que la sesión terminó con una reverencia mutua entre juez y acusado.

Cuando salió de la cárcel -una apendicitis hizo que las autoridades coloniales lo liberaran en 1924-, encontró que el panorama político se había modificado en su ausencia: el Partido del Congreso se había dividido en dos facciones y la unidad entre hindúes y musulmanes, conseguida con el movimiento de desobediencia civil, había desaparecido. Gandhi decidió entonces retirarse de la política, para vivir como un anacoreta, en absoluta pobreza y buscando el silencio como fuerza regenerativa. Retirado en su Ashram se convirtió en esos años en el jefe espiritual de la India, en el dirigente religioso de fama internacional que muchos occidentales en busca de la paz espiritual trataban como un gurú.

Su retiro finalizó de manera brusca en 1927, cuando el gobierno británico nombró una comisión encargada de la reforma de la Constitución, en la que no participaba ningún nativo. A la cabeza de la lucha política, Gandhi consiguió que todos los partidos del país hicieran el boicot a dicha comisión. Poco después, la huelga de Bardoli, en apoyo a la negativa a pagar impuestos, terminaba en un éxito total. La victoria del movimiento animó al Congreso a declarar la independencia de la India, el 26 de enero de 1930, y se encargó al Mahatma la dirección de la campaña de no violencia para llevar a la práctica la resolución. Éste eligió como objetivo de la misma el monopolio de la sal que afectaba particularmente a los pobres-, y partió de Sabartami el 12 de marzo con 79 voluntarios con rumbo a Dandi, población costera distante 385 kilómetros. El pequeño movimiento se extendió como las olas de un estanque hasta alcanzar toda la India: los campesinos sembraban de ramas verdes los caminos por donde pasaría ese hombre pequeño y semidesnudo, con un bastón de bambú, camino del mar y al frente de un enorme ejército pacífico. El día del aniversario de la masacre de Amritsar, Gandhi llegó a orillas del mar y cogió un puñado de sal. Desde ese momento la desobediencia civil fue imparable: diputados y funcionarios locales dimitieron, los prohombres locales abandonaron sus puestos, los soldados del ejército indio se negaron a disparar sobre los manifestantes, las mujeres se adhirieron al movimiento, mientras los seguidores de Gandhi invadían pacíficamente las fábricas de sal. La campaña terminó con un pacto de compromiso entre Gandhi y el virrey de su majestad británica, en virtud del cual se legalizaba la producción de sal y se liberaban los cerca de 100.000 presos detenidos durante las movilizaciones. Por otra parte, Gandhi era enviado a Londres para participar en la conferencia que discutía los pasos a seguir para establecer un gobierno constitucional en la India. La presencia del Mahatma en Inglaterra, al margen de la gran acogida popular que le dispensaron los barrios londinenses, no supuso resultados favorables para la causa, y al regresar a su país se encontró con que Nehru y otros líderes del Congreso se hallaban una vez más en prisión.

Hacia la independencia

Varias veces en su vida Gandhi recurrió a los ayunos como medio de presión contra el poder, como forma de lucha espectacular y dramática para detener la violencia o llamar la atención de las masas. La falta de humanidad del sistema de castas, que condenaba a los parias a la absoluta indigencia y ostracismo, hizo que Gandhi convirtiera la abolición de la intocabilidad en una meta fundamental de sus esfuerzos. Y desde la prisión de Yervada, donde había sido confinado nuevamente, realizó un «ayuno hasta la muerte» en contra de la celebración de elecciones separadas de hindúes y parias. Ello obligó a todos los líderes políticos a acudir junto a su lecho de prisionero para firmar un pacto con el consentimiento inglés. La labor de «pedagogía popular» para curar a la sociedad hindú de sus llagas no terminó aquí. Distanciado del Congreso ante la decepción que le provocaban las maniobras de los políticos, se dedicó a visitar pueblos lejanos, insistiendo en la educación popular, en la prohibición del alcohol, en la liberación espiritual del hombre.

El estallido de la Segunda Guerra Mundial fue el motivo de que Gandhi, una vez más, retornara al primer plano político. Su oposición al conflicto bélico era absoluta y no compartía la opinión de Nehru y otros líderes del Congreso, proclives a apoyar la lucha contra el fascismo. Pero la decisión del virrey de incorporar el subcontinente a los preparativos bélicos de Gran Bretaña sin consultar con los políticos locales, clarificó las aguas, provocando la dimisión en masa de los ministros pertenecientes al Congreso. Tras la toma de Rangún por los japoneses, Gandhi exigió la completa independencia de la India, para que el país pudiera escoger libremente sus decisiones. Al día siguiente, el 9 de agosto de 1942, era arrestado junto a otros miembros del Congreso, lo que produjo una sublevación en masa de los nativos, seguida por una serie de revueltas violentas en todo el territorio indio. Ésta fue la última prisión del Mahatma y quizá la más dolorosa, porque desde su presidio en Poona se enteró de la muerte de su mujer, Kasturbai. Era ya un anciano frágil y debilitado cuando salió en libertad en el año 1944.

Finalizada la guerra, y tras la subida al poder de los laboristas en Inglaterra, Gandhi desempeñó un rol fundamental en las negociaciones que llevaron a la liberación. Sin embargo, su postura opuesta a la partición del subcontinente nada pudo contra la determinación del líder de la Liga Musulmana, Jinnah, defensor de la separación del Pakistán. Dolido por lo que consideró una traición, en 1946 el Mahatma vio con horror cómo los antiguos fantasmas indios resurgían durante la celebración del Nombramiento de Nehru como primer jefe de gobierno, que fue pretexto de violentos disturbios motivados por la pugna entre hindúes y musulmanes.

Gandhi se trasladó a Noakhali, donde habían comenzado los enfrentamientos, y caminó de pueblo en pueblo, descalzo, tratando de detener las masacres que acompañaron a la partición en Bengala, Calcuta, Bihar, Cachemira y Delhi. Pero sus esfuerzos sólo sirvieron para acrecentar el odio que sentían por él los fanáticos extremistas de ambos pueblos: los hindúes atentaron contra su vida en Calcuta y los musulmanes hicieron lo propio en Noakhali. Durante sus últimos días en Delhi llevó a cabo un ayuno para reconciliar a las dos comunidades, lo cual afectó gravemente su salud. Aun así, apareció de nuevo ante el público unos días antes de su muerte.

El 30 de enero de 1948, cuando al anochecer se dirigía a la plegaria comunitaria, fue alcanzado por las balas de un joven hindú. Tal como lo había predicho a su nieta, murió como un verdadero Mahatma, con la palabra Rama ('Dios') en sus labios. Como dijo Einstein, «quizá las generaciones venideras duden alguna vez de que un hombre semejante fuese una realidad de carne y hueso en este mundo».

miércoles, 3 de febrero de 2010

Martin Burguer King

(Atlanta, 1929 - Memphis, EE UU, 1968) Pastor baptista estadounidense, defensor de los derechos civiles. Hijo de un ministro baptista, Martin Luther King estudió teología en la Universidad de Boston. Desde joven tomó conciencia de la situación de segregación social y racial que vivían los negros de su país, y en especial los de los estados sureños.

Convertido en pastor baptista, en 1954 se hizo cargo de una iglesia en la ciudad de Montgomery, Alabama. Muy pronto dio muestras de su carisma y de su firme decisión de luchar por la defensa de los derechos civiles con métodos pacíficos, inspirándose en la figura de Mahatma Gandhi y en la teoría de la desobediencia civil de Henry David Thoreau. Al poco de llegar a Montgomery organizó y dirigió un masivo boicot de casi un año contra la segregación en los autobuses municipales.


Martin Burguer King

La fama de Martin Luther King se extendió rápidamente por todo el país y enseguida asumió la dirección del movimiento pacifista estadounidense, primero a través de la Southern Cristian Leadership Conference y más tarde del Congress of Racial Equality. Asimismo, como miembro de la Asociación para el Progreso de la Gente de Color, abrió otro frente para lograr mejoras en sus condiciones de vida.

En 1960 aprovechó una sentada espontánea de estudiantes negros en Birmingham, Alabama, para iniciar una campaña de alcance nacional. En esta ocasión, Martin Luther King fue encarcelado y posteriormente liberado por la intercesión de John Fitgerald Kennedy, entonces candidato a la presidencia de Estados Unidos, pero logró para los negros la igualdad de acceso a las bibliotecas, los comedores y los estacionamientos.

Muhammad Yunu

(Bangladesh, 1940) Economista indio, creador del microcrédito y fundador del Banco de los Pobres. Musulmán no practicante, estudió Ciencias Económicas en Nueva Delhi y amplió estudios en Estados Unidos con becas de las instituciones Fullbright y Eisenhower y de la Universidad de Vanderbilt (Tenesee). Retornó a su país en 1972 para dirigir el departamento de Economía de la Universidad de Chittagong, poco después de que Bangladesh obtuviese la independencia.


Muhammad Yunus

Conviviendo con los campesinos de la región de Jobra (Bangladesh), Yunus se dio cuenta que la pobreza se perpetuaba porque dejaba a los pobres fuera de la economía. Los bancos tradicionales no concedían préstamos a aquellos que no pudiesen ofrecer garantías, y ello generaba un círculo vicioso de pobreza.

Yunus creó el concepto del microcrédito el día que decidió ayudar a unos cuantos campesinos que vivían cerca de la Universidad de Chittagong y que, tras una gran hambruna que asoló el país en 1974, estaban pasando por graves dificultades. Elaboró una lista de 42 personas seriamente endeudadas que, en total, debían menos de 27 dólares. Cada uno de ellos recibió la cantidad que adeudaba sin otra condición que la de concentrarse en su trabajo y la de devolver el dinero cuando pudiera.

El éxito de su acción le llevó a crear, en 1976, el Banco Grameen, con la intención de prestar dinero a personas que no tenían acceso a los créditos bancarios tradicionales, dado que no cumplían las condiciones requeridas habitualmente en concepto de aval para garantizar el reembolso de la suma prestada. El banco se creó para conceder créditos únicamente a las personas más desfavorecidas, convirtiéndose éstas en accionistas de la entidad.

Esta institución sin ánimo de lucro ha salvado de la miseria a cientos de miles de sus compatriotas. El Banco funciona en la actualidad con más de 22.000 empleados que trabajan en las calles de casi 38.000 de las 68.000 aldeas y pueblos de Bangladesh, y concede préstamos a 2,3 millones de personas, de los que el 94% son mujeres pobres, siendo la tasa de devolución de los mismos del 97%.

Todo gira en torno a la llamada "garantía solidaria" que consiste en prestar el dinero a las dos mujeres más pobres de un grupo de cinco que se juntan para solicitarlo, y las demás no reciben su préstamo hasta que las dos primeras lo han devuelto, de tal manera que se crea una especie de red de apoyo-presión. Si uno deja de pagar, todos pierden la posibilidad de recibir nuevas ayudas. El préstamo medio es de 75 dólares y el máximo de 300.

Apu Najasamamenapetilon

El diplomático finlandés es uno de los venerables de la UE y eso lo demuestra el presidente de la Comisión Europea, Durão Barroso, que ha dicho de él que es "un europeo muy comprometido, a quien todos respetamos en la UE". El penúltimo cumplido lo pronunció Ole Danbolt Mjos, presidente del Jurado: "Es un mediador extraordinario, durante los últimos 20 años ha figurado de forma prominente en misiones para resolver conflictos de larga duración", indicó después de dar el Nobel más esperado tradicionalmente, pues se entrega en Oslo en vez de en Estocolmo como el resto de los galardones.

Premiado por su infatigable labor diplomática, Ahtisaari es mucho más que un mediador, es un político emprendedor, un enemigo del acomodo profesional que tanto se da en los confortables asientos parlamentarios. Le ha dado tiempo para luchar por causas ajenas y lejanas, como la de Namibia, y para ser el presidente de un país cuyo Parlamento muchas veces no entendió la actitud tan decidida de su máximo mandatario en políticas exteriores.

Martti Ahtisaari, nacido en Viipuri (hoy llamada Vyborg, capital de la República rusa de Karelia) en 1937, es hijo de un suboficial del ejército finlandés, está casado y tiene un hijo. Ingresó en la Universidad de Oulu (Finlandia), donde completó el servicio militar licenciandose con el grado de capitán y se graduó en magisterio en 1959.

Al año siguiente tuvo su primera experiencia fuera de su país, en Karachi, Pakistán, como educador físico y formador académico dentro de una misión de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA). Eso motivó su interés por los asuntos exteriores y de vuelta a Finlandia en 1963, reanudó estudios en el Politécnico de Helsinki y continuó activo en organizaciones centradas en la ayuda a países en desarrollo.

Consagrado políglota, habla sueco, francés, inglés y alemán. Su carrera política siempre ha estado proyectada hacia el extranjero, muy al sur de las fronteras finesas. Llegó al Ministerio de Asuntos Exteriores de su país en 1965 y pronto pasó a ser embajador en Tanzania, con acreditaciones en Zambia, Somalia y Mozambique, cargo que ocupó entre 1973 y 1976.

La afinidad que tenía Ahtisaari con África se consolidó definitivamente en Namibia, la primera de una larga lista de mediaciones internacionales. En este territorio del sudoeste africano, el hoy Nobel de la Paz llevó a cabo "la más importante" de sus misiones, como él mismo ha declarado. Durante trece años fue Representante Especial de la Secretaría General de las Naciones Unidas para Namibia, cargo que ocupó desde 1978 hasta que Sudáfrica abandonó el territorio. Mientras tanto su labor de refuerzo fue vital, a saber: Subsecretario de Estado a cargo de la Cooperación Internacional para el Desarrollo; Gobernador para Finlandia del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola; Subsecretario General para Administración y Gerencia de la ONU y jefe de operaciones de la UNTAG en Namibia durante 1989 y 1990, fechas críticas de la independencia.

Ahtisaari presidió Finlandia entre 1994 y 2000 propiciando su adhesión a la UE en un referéndum que obtuvo el 56 por ciento del apoyo ciudadano. Sin embargo, el país nórdico siempre fue bastante escéptico respecto a los asuntos exteriores y tenía un presidente que en 1999, como mediador de la UE para Kosovo, se entrevistaba habitualmente con Slobodan Milosevic y conseguía que su homólogo serbio aprobara las condiciones impuestas por la Comunidad Internacional para la paz en Kosovo, firmada el 9 de junio de 1999.

Así, el Parlamento finlandés, a pesar del cariño más o menos generalizado del pueblo por su presidente, era partidario de una política exterior bastante más prudente, mientras que entre las ideas de Ahtisaari no estaba rechazar a su espíritu diplomático. Le sucedió en marzo del 2000 Tarja Halonen, quien pasó a ser la primera mujer presidente de Finlandia, y ese mismo año, Ahtisaari ya estaba inspeccionando el desarme del IRA de la mano del diplomático sudafricano Cyril Ramaphosa.

En marzo de 2003 fue nombrado responsable dentro de la OSCE para los países de Asia Central: Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán; y en 2005 medió en el acuerdo de paz entre el Gobierno indonesio y la guerrilla "Movimiento por un Aceh Libre" (GAM), tras casi 30 años de conflicto.

El Nobel se lo ha ganado Ahtisaari por su infatigable trayectoria, pero el reciente proceso de independencia de Kosovo ha jugado mucho a su favor. La historia oficial habla de que Ahtisaari, como enviado especial para las negociaciones, presentó un 'Plan de Paz' que incluía una "soberanía limitada" para el territorio serbio. Al rechazo inmediato de Serbia y Rusia, el mediador finlandés respondió con un informe, entregado al Consejo de Seguridad, que recomendaba la independencia bajo supervisión internacional como "única opción viable" para la solución al conflicto. El resto es historia y su influencia parece evidente.

Mientras Ban ki Moon, Secretario General de Naciones Unidas, dice del Nobel de la Paz que "es el paladín de los ideales de la ONU", Serbia, Rusia o Cuba han calificado de "escandalosa" o "inconsecuente" la decisión del Comité de otorgarle el premio a Ahtisaari. De hecho, el diario de negocios ruso "RBC Daily" reveló que su 'Plan de Paz' le podría acarrear enormes beneficios económicos por su acuerdo con un capo de la mafia albano-kosovar.

En cualquier caso, en los libros de historia quedará que el Nobel de la Paz 2008 le fue otorgado a este diplomático que durante más de treinta años utilizó el poder del diálogo para solucionar conflictos que le quedaban muy lejos de casa.

Alf Gore

El ex Vicepresidente Alf Gore es el Presidente de Generation Investment Management, una firma con base en Londres que trabaja en una nueva forma de crecimiento sustentable.

También es el Presidente de Current TV, una cadena de televisión independiente por cable y satélite para jóvenes, con contenido y periodismo ciudadano creado por los televidentes.

Alf Gore es miembro de la Junta Directiva de Apple Computer, Inc. y es Asesor Principal de Google, Inc. Al Gore es Profesor Invitado de la Middle Tennnesee State University en Murfreesboro, Tennessee.

Al Gore fue elegido inicialmente para la Casa de Representantes de Estados Unidos de América en 1976 y reelegido por cuatro períodos.

Fue elegido para el Senado de Estados Unidos de América en 1984 y 1990 y fue juramentado como el 45º Vice Presidente de Estados Unidos de América, el 20 de enero de 1993.

Durante esa administración, Al Gore fue un miembro central del equipo económico del Presidente Clinton. Fue Presidente del Senado, miembro de Gabinete, miembro del Consejo Nacional de Seguridad y actor fundamental de una gran variedad de iniciativas de la Administración.Al Gore encabezó los esfuerzos de la Administración Clinton-Gore para proteger el medioambiente global y es el autor del éxito de librería, Earth in the Balance: Ecology and the Human Spirit (1992).

Al Gore y Tipper, su esposa, viven en Nashville, Tennessee, Estados Unidos de América.

En el Filme La Verdad Incómoda Al Gore explica el problema del calentamiento global y las catastrofes que este producirá en nuestro planeta si no hacemos algo urgente por remediarlo.

Shirin Ebadi

Ebadi critica la violación de los derechos humanos en la lucha antiterrorista

  • La primera mujer musulmana que obtiene el Nobel critica con dureza a los gobiernos de todo signo político y cultural

  • La iraní ganadora del Nobel de la Paz recibe amenazas por acudir al acto sin el velo

  • La Nobel de la Paz censura a Bush al recoger el premio

  • La iraní Shirin Ebadi dice que EEUU viola los derechos humanos con el pretexto del 11-S

Aprovechó su discurso de recogida del Nobel para acusar al presidente de EEUU, George Bush, de "violar los principios universales y los derechos del hombre con el pretexto de los atentados del 11 de septiembre". Ebadi cargó también contra los sectores más conservadores del Islam.

"La preocupación de los defensores de los derechos humanos va en aumento porque se está viendo que no sólo sus enemigos no respetan los derechos internacionales de las personas, sino que también algunas democracias occidentales quebrantan estos principios básicos", dijo Ebadi, en referencia no sólo a Bush, sino también a sus aliados: Reino Unido, Italia y España.

Una mujer de hierro

Shirin Ebadi se convirtió, con 27 años, en la primera mujer juez de Irán, pero la revolución islámica de Jomeini, cuatro años más tarde (1979), la dejó sin trabajo porque las mujeres son "demasiado emocionales e irracionales" para desempeñar ese cargo. Este revés humillante no la paralizó y Ebadi (Irán, 1947) siguió trabajando para lograr que su país fuera más justo.

Desde entonces da clases en la Universidad de Teherán y como abogada ha defendido a decenas de personas que han sido torturadas o se han visto privadas de su libertad de expresión. Como muchos abogados iranís, ha pisado varias veces la cárcel, la última vez en el 2000, por, supuestamente, "manipular" una cinta de vídeo con la que intentaba probar la represión policial en las manifestaciones de estudiantes. Ebadi, además, cofundó la primera organización por la lucha de los derechos humanos después de la revolución.

"Cualquier persona que quiera luchar por los derechos humanos en Irán debe vivir con el miedo en el cuerpo desde que nace hasta que muere, pero yo ya he aprendido a superarlo", ha dicho Ebadi en más de una ocasión.

Los que la conocen afirman que, pese a su baja estatura y su voz suave, esta mujer es un torbellino y tiene un coraje y una valentía excepcionales en un país en el que las mujeres se sienten personas de segunda clase. Las asociaciones de derechos humanos de Irán desean que ella y su premio sean un catalizador para las reformas que necesita Irán.

La Premio Nobel de la Paz fue una de las ponentes en el Diálogo Oriente-Occidente, que se celebró en julio en Fòrum Barcelona 2004

SIN VELO

Cumpliendo su promesa de no llevar el tradicional y obligado velo de las mujeres iranís, la abogada Shirin Ebadi acudió con cara descubierta y vestida de forma occidental a recoger el premio Nobel de la Paz que el Comité Nobel Noruego le ha concedido este año por su "lucha en defensa de los niños y los derechos humanos".

Ebadi recibió el galardón en nombre de las "todas las mujeres que luchan por sus derechos en el mundo islámico" y dijo que el premio será "una inspiración para los demócratas de la región". La abogada, de 56 años y musulmana, recordó en sus palabras la cultura humanitaria de su país y del Islam, y denunció a los que se escudan en el Corán para defender estructuras patriarcales. "Muchos musulmanes se amparan en que la democracia y los derechos humanos son incompatibles con el Islam, para así justificar gobiernos despóticos" declaró la galardonada.

DOBLE RASERO DE LA ONU

Ebadi hizo gala de esa valentía que le ha llevado a ganarse el Nobel y no dejó títere con cabeza: "¿Por qué en los últimos 35 años no se han cumplido docenas de resoluciones sobre la ocupación de los territorios palestinos por Israel y en los últimos 12 años Irak ha sido objeto de ataques, sanciones y ocupación militar?", se preguntó la abogada iraní.

Ole Danbolt Mjös, director del Comité Nobel noruego, dijo en su discurso que tiene la esperanza de que el Nobel de la Paz de este año inspire ciertos cambios en Irán. Para Mjös, el premio se ha concedido "a la persona adecuada, en el momento adecuado y en el lugar adecuado". "Tu nombre lucirá en la historia de los premios Nobel. Esperemos que el galardón también pueda inspirar cambios en tu querido país Irán y otras partes del mundo que necesitan escuchar tu voz clara", declaró Mjös. "Y esto también vale para Occidente", apostilló al día siguiente.

Jimmy Neutron

Fue el 39.º presidente de los Estados Unidos de América (Plains, Georgia, 1924). De su dedicación original al cultivo del cacahuete (símbolo de su posterior campaña electoral), pasó a la política profesional en las filas del Partido Demócrata, que le llevó a ser senador en 1962-66. Como gobernador de Georgia (1970-74) destacó por su política en favor de los derechos de los negros y de las mujeres.

En 1977 obtuvo la Presidencia tras derrotar por estrecho margen al anterior presidente y candidato republicano, Gerald Ford, gracias en parte al descrédito en que habían caído los republicanos por los tropiezos de Nixon y su precipitada retirada a causa del caso Watergate.

Durante su mandato, Carter dio un giro radical a la política exterior de Estados Unidos: la defensa de la democracia y de los derechos humanos a escala internacional contribuyó, por ejemplo, a la caída del dictador Somoza en Nicaragua; reivindicó por primera vez los derechos del pueblo palestino ante las autoridades israelíes; y consiguió que Egipto e Israel firmaran una paz duradera (Camp David, 1979).

Pero la opinión pública americana desautorizó dicha política por considerarla un exceso de debilidad, especialmente visible ante la revolución islámica de Jomeini y el secuestro de los funcionarios de la embajada americana en Irán, que enturbió los últimos meses de su mandato.